Historia

Desde muy antiguo, allá por 1391, el Cabildo Catedral de Sevilla tuvo una especial devoción hacia la romana advocación de la Virgen de las Nieves, de tal manera que su fiesta principal era celebrada con grandes fastos. Tal era este fervor que llegó a constituirse una capellanía independiente en la antigua sinagoga de la judería, poniéndosele el nombre de Sta. Mª de la Nieves, derivando posteriormente por el vulgo a Sta. Mª la Blanca, como se le conoce en la actualidad, en alusión a la pureza de María.

El Cabildo favoreció esta iglesia con toda clase de elementos para el culto, de tal modo que Ortiz de Zúñiga nos refiere que “...con un antiguo y milagroso Simulacro de Nuestra señora, que en ella se reverencia, favoreciendo la piedad divina con maravillas”. Este icono presidió la Iglesia, aun sinagoga cristianizada, convirtiéndose el templo en lugar de devoción y peregrinación de muchos sevillanos.

Amenazando ruina la sinagoga, el Cabildo Catedral decido acometer la remodelación completa de la Iglesia entre los años 1662 y 1665. A expensas de las arcas catedralicias y teniendo como especial mecenas al canónigo D. Justino de Neve, se procede a la construcción barroca que hoy conocemos. Justino de Neve, amigo personal de Bartolomé Esteban Murillo, decoró la nueva iglesia con una serie de lienzos de este pintor dando un gran sentido, no solo artístico, sino catequético.

Concluidas las obras, se procedió a la inauguración con grandes fastos, realizándose solemnísima procesión con la imagen de Nuestra Señora de las Nieves por el barrio. Según un cronista de la época. “.. Jamás se había visto aquella estación, más vistosa y ricamente engalanada de colgaduras, pabellones y arcos triunfales puede asegurarse que tan fausto acontecimiento religioso, ha sido uno de los más solemnes, que se han celebrado en esta mariana Ciudad”....” Reservose el Santísimo Sacramento, con el siguiente “Alabado”, compuesto expresamente...

Alabado sea mil veces

El santísimo Admirable

Sacramento incomprensible

Sol de la Iglesia Triunfante

Y la purísima Aurora,

Blanca, por ser su Madre,

Sin la culpa original

Desde el primer instante

De 1666 existe un libro escrito por el presbítero D. Fernando de la Torre y Farfán que se inicia con “....Fiestas que celebró la Iglesia Parroquial de Sta. Mª la Blanca, Capilla de la Sta. Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla, en obsequio del nuevo Breve concedido por Nuestro Smo. Padre Alejandro VII en favor del Purísimo Misterio de la Concepción sin culpa original de María Santísima Nuestra Señora en el primer instante de su ser. Con la circunstancia de haberse fabricado de nuevo su Templo para esta fiesta. Dedícase a la Augusta Blanquísima Señora, por el postrado afecto de un esclavo de su Purísima Concepción.- Con Licencia en Sevilla por Juan Gómez de Blas, su impresor mayor, año de 1666”.

Es de suponer, y a la vista de este escrito, que ya por esa fecha podría existir una hermandad o congregación que organizase estos actos bajo el auspicio, mecenazgo y supervisión del Muy Ilustre Sr D. Justino de Neve que se aseguraría de esta forma la continuidad del culto a la imagen de sus devociones.

La devoción a la Virgen debió trascender las fronteras del templo parroquial ya que en 1688, y según datos del investigador Francisco Delgado Aboza, aparecen reseñas de una Hermandad gremial en San Nicolás, que adopta el título de las Nieves para su titular junto con el de San Crispiniano, llegando también la advocación a la Sacramental de San Isidoro, advocación que se mantiene en nuestros días en una imagen sedente que posee y da culto esta hermandad.

La venerada Imagen de Nuestra Señora gozó en estos tiempos del siglo XVII y XVIII de una gran devoción y popularidad participando en numerosas procesiones ordinarias y extraordinarias con motivo de distintos sucesos. Tal es así que hay constancia de su participación en un magno acontecimiento en 1710 conmemorativo del final de la Guerra de Sucesión y regreso al trono de Felipe V.

Existe constancia documental de la proliferación de rosarios públicos organizados en honor de la Santísima Virgen con motivo de rogativas y acciones de gracia. Consta en los archivos de la Hermandad la existencia en 1710 de un Simpecado y Francisco Javier Segura Márquez propone que este dato nos pone en antecedentes de la existencia antes de esta fecha de la existencia de la hermandad pues “... para la realización de una insignia más o menos costosa de este tipo era necesaria la recaudación de limosnas y por tanto una mínima estructura organizativa”.

Año de 1732. En este año se puede dar de forma fehaciente la existencia de la Hermandad dado que así reza en las primeras Reglas: ..”Regla de la Hermandad del Rosario de María Santísima Señora de las Nieves, sita en la Iglesia Parroquial de Santa María la Blanca, de esta Ciudad de Sevilla....Año del Nacimiento de Ntro. Salvador Jesucristo de 1732.” En ellas se especificaba los derechos y deberes de los hermanos, siendo principal deber el acudir al Santo Rosario, “...que es nuestro principal Instituto y el único fin de fundar esta congregación”.

Por su vinculación secular con el Cabildo, la hermandad ha participado en cuantas ocasiones solemnes se le ha requerido. Hay constancia de su participación en actos relacionado con efemérides o acontecimientos catedralicios como la restauración del exorno de la capilla de la Virgen de la Antigua en 1738. Ya por aquel entonces la hermandad debía disponer de un rico ajuar tal como referencia Segura Márquez, en un inventario de 1750 donde aparecen “Cruz alzada, faroles, campanillas, demanda y Simpecado carmesí bordado en oro y plata estrenado en 1734.

Parece que fue en 1864 cuando se reemplaza la primitiva imagen de la Virgen por la actual, labrada con mucha probabilidad por Juan de Astorga. El escultor había muerto hacía 15 años por lo que es de suponer que no fuese un encargo directo, o bien la tenían en su taller sus discípulos o fue realizada para otra hermandad o iglesia, no llegando la Imagen nunca a su destino. A propósito de la primitiva imagen, Alonso Morgado en su obra Sevilla Mariana del año 1882 en la página 93 nos cuenta que:” La antigua imagen ha sido sustituida por otra el 5 de Agosto del año 1864 por hallarse sumamente deteriorada; pero se la guarda cuidadosamente como estimable reliquia por su historia, y los recuerdos que evoca a los files de esta ciudad...” Por desgracia la antigua talla se perdió no teniendo noticias de ella en la actualidad.

La Hermandad pasa por un periodo de decadencia, languideciendo en el tiempo, hasta que en 1939 el rector de la iglesia, D. Santos Bustos Sáez hizo un llamamiento a los feligreses para revitalizar el culto a la Virgen y la vida de la hermandad. Esta idea fue apoyada por el párroco D. Manuel Rubio y en 1940- año del primer Congreso Mariano de Sevilla- se aprobaban nuevas Reglas, el 22 de mayo, siendo éstas las únicas redactadas desde las primitivas de 1732.

Empiezan en los años cuarenta otra época esplendorosa de la Hermandad, siendo una autentica referencia en toda la Puerta de la Carne, la Judería y el barrio de Santa Cruz. En Agosto, y coincidiendo con los días de la Asunción, se celebró, hasta bien entrada la década de los cincuenta, una “Velá” popular con gran animación con atracciones, gigantes y cabezudos, carreras, marionetas en la plaza de Curtidores, concierto de la banda municipal, casetas, fuegos y luminarias y hasta la elección de la “reina del barrio” señal inequívoca de la vinculación de la hermandad con la collación.

Desgraciadamente el éxodo de la población de las casas y corrales de vecinos, junto con el éxodo masivo que sufría la ciudad en agosto, hicieron que se suspendiera “La Velá” e incluso que la procesión anual, que se celebraba en este mes, tuviese que trasladarse en ocasiones a Octubre, coincidiendo con el mes del Rosario, consolidándose en este mes en el año 1972.

En la década de los cuarenta ya consta el itinerario que comprendía el paso por las calles del barrio de Santa Cruz, Las Teresas, Jardines de Murillo, atravesando Menéndez y Pelayo hasta Demetrio de los Ríos, Pedro Roldan, Juan del Castillo para, cruzando de nuevo Menéndez y Pelayo, entrar en su iglesia por la Puerta de la Carne y Santa Mª la Blanca, donde el barrio esperaba a la Virgen de forma enfervorizada, con balcones engalanados y lluvia de flores.

En 1952 fue creada la llamada “Obra Pía” a instancias de D. Tomás Madrigal que costeaba el entierro de aquellos Hermanos que estaban suscritos a la misma. De tal manera los Hermanos pasan a ser de Culto, aquellos que con su cuota sufragan los gastos de la Hermandad y los de “Obra Pía” que además, por la cuota que ingresaban, tenían derecho a que la Hermandad gestionase y abonase su entierro según unas condiciones previamente estipuladas.

Especial vinculación tiene esta Hermandad con las Hermandades de La Candelaria y con la del Beso de Judas y María Santísima del Rocío. Con la primera por su vecindad y pertenencia a la misma Feligresía de San Nicolás de Bari. Además, las Imágenes Titulares de esta Corporación residieron en Santa Mª la Blanca durante las obras de la Parroquia en 1991, celebrándose en esta el Triduo a la Dolorosa y el Quinario al Señor de la Salud, colocándose la imagen de Las Nieves en un altar lateral de la iglesia.

Con respecto a la Hermandad del Beso de Judas es de destacar que en el año 1955 se fundó esta Hermandad en la iglesia de Santa Mo la Blanca y el 4 de diciembre de ese año fue bendecida la Imagen de María Santísima del Rocío en esta iglesia, por parte del Cardenal Bueno Monreal. La imposibilidad de salir por la ojiva de la iglesia hizo que tuviese que marchar de su sede fundacional.

Desde entonces la unión de ambas Hermandades en general y de los cofrades de ambas corporaciones en particular ha sido constante y permanente, estableciéndose una relación de hermandad no oficializada y que perdura en el tiempo. En el año 2005 la Virgen del Rocío volvió para conmemorar los 50 años de la fundación de su Hermandad.

Ya de forma más reciente reseñar que, tras trece años sin realizar la salida procesional por motivos económicos, en el año 2000 se reanudó la tradicional procesión de Octubre tras el triduo solemne. En el año 2004 la Virgen fue llevada a la Santa Iglesia Catedral para presidir el pregón de las Glorias del mes de mayo. No iba a la Seo Hispalense desde el año de su reorganización en 1940.

La comunidad de Las Teresas son sede en el Convento de San José del Carmen han tenido una especial vinculación con la Hermandad. Cada año en su procesión se realiza estación en este convento para presentar en su paso la Bendita Imagen de la Señora, cosa que llena de regocijo y consuelo a estas monjas de clausura especialmente a las mayores e impedidas. Por esta vinculación fue solicitada por la Hermandad una Reliquia de la Santa de Ávila que fue concedida el 15 de Octubre de 2004. Esta reliquia fue traída por Fray Alfonso Moriones, Postulador general del Carmelo Teresiano o Descalzo en Roma.

El Domingo de Resurrección del año 2010 la Hermandad tuvo que abandonar Santa Mª La Blanca por obras en el templo, pasando a ocupar un altar lateral en la parroquia de San Nicolás, regresando felizmente el 19 de Enero del año del Señor de 2013, gracias a los desvelos del párroco D. Manuel Mateo Fraile que con gran esfuerzo consiguió los recursos necesarios para consolidar la techumbre, muros y suelos de la iglesia que amenazaban ruina por las distintas filtraciones y hundimientos.

Después de más de dos décadas de regencia de juntas gestoras, desde agosto del 2011, y hasta la redacción y aprobación de estas Reglas, la Hermandad ha estado regida por una nueva Junta Rectora nombrada por la autoridad eclesiástica, siendo Arzobispo de Sevilla el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina.